El
onirismo, según la RAE, es la alteración de la conciencia
caracterizada por la aparición de fantasías semejantes a las de los
sueños, con pérdida del sentido de la realidad.
Los
métodos oníricos buscan sacar ciertas respuestas a un problema dado
desde el subconsciente. Utiliza y se sirve para interpretar sus
sueños o alucinaciones oníricas, de alusiones, símiles, metáforas,
señas y símbolos. Este
es un método muy interesante ya que lo que pretende es buscar
respuestas a un problema mediante el uso del subconsciente. Muchos de
los artistas más famosos de la historia recurrían a este tipo de
técnicas para crear sus obras, un ejemplo muy claro es el de
Salvador
Dalí,
un referente en el Surrealismo que siempre reflejaba parte de sus
sueños en sus cuadros, y para poder acordarse de ellos practicaba un
curioso ritual que consistía en quedarse dormido con un plato y un
tenedor sobre las piernas para que, llegado el momento del sueño
cuando el cuerpo se activa, éstos cayeran al suelo provocando el
ruido que despertaría al artista y así conseguir
apuntar o dibujar en
una libreta lo que acababa de soñar.
Si
hablamos de sueños hay que dedicar un espacio de este estudio a
Sigmund Freud y su estudio e interpretación de los sueños.
Los
sueños han sido siempre interpretados como cosa corriente, de los
cuales hay diversos problemas todavía inexplicables. El más
interesante es la significación de los sueños que puede dividirse
en dos: la significación psíquica del acto de soñar y la de si
los sueños pueden
interpretarse.
En sus estudios,
muchos filósofos adoptan la base de la vida onírica, que es un
estado de actividad psíquica que consideran superior que el normal.
Generalmente,
los médicos se refieren a los sueños como el valor de un fenómeno
psíquico, que son provocados por estímulos físicos o sensoriales,
que actúan desde el exterior sobre el individuo o surgen casualmente
en sus órganos internos, por lo que los sueños deben considerarse
como un proceso físico inútil siempre y en muchos casos patológico.
Freud descubrió
que la opinión mas acertada no es la concepción medica sino la
popular, ya que sus conclusiones sobre los sueños fueron el
resultado de aplicarles un nuevo método de investigación
psicológica, llamada psicoanálisis. El procedimiento que empleó
para la interpretación de los sueños procedía de la psicoterapia.
Con este método,
Freud analiza un sueño suyo propio para exponer sus resultados y
obtiene, que lo soñado, tiene que ver con recuerdos, tanto lejanos
como próximos o recientes, y que ambos recuerdos y los actos que se
dan en ellos, pueden mezclarse unos con otros, dando un sueño que
nos resulta extraño y con carencia de sentido sino se analiza a
fondo.
Después de esto
se refiere a los sueños como una especie de sustitutivos de aquellas
series de pensamientos tan significativas y revestidas de afecto a
las cuales se han llegado al final del análisis.
Al sueño, le
llama contenido manifiesto del sueño y al material hallado por medio
del análisis, contenido latente del sueño. Ahora, Freud se pregunta
cuál es el proceso psíquico que ha transformado el contenido
latente en el manifiesto y qué motivo o motivos son los que han
hecho necesarios esa traducción.
Por la reacción
del contenido latente en el manifiesto, los sueños pueden dividirse
en tres categorías:
-Aquellos que
poseen sentido y que son compresibles. Se caracterizan por ser sueños
breves en general, frecuentes, y que no despiertan en su mayoría
nuestra atención porque carece de todo aquello que nos causa
extrañeza o asombro.
-Aquellos que,
aunque presencian coherencia y poseen un claro sentido, causan
extrañeza por no saber cómo incluir dicho sentido a la vida
psíquica.
-Aquellos que
carecen de ambas cualidades: sentido y comprensibilidad, y se
muestran incoherentes, embrollados y faltos de sentido.
Al primer grupo
pertenecen los sueños infantiles, los de los niños, ya que poseen
un claro sentido y no causan extrañeza. De ellos se puede llegar a
la conclusión de que los sueños se conexionan con la vida diurna.
Aunque esto también puede darse entre los adultos.
También se
llega a otra conclusión de que los sueños infantiles, son
claramente deseos que se quieren cumplir; esto también dado en los
adultos, pero en los cuales ya hay una serie de complicaciones,
porque pueden darse otro sentido diferente.
En los sueños
complicados y confusos, después de su análisis, se ve que el
contenido manifiesto del sueño trata materias totalmente distintas
que el latente. Aquello que en el sueño se presentaba como esencial
no es mas que un papel secundario después del análisis.
“Durante la
elaboración del sueño pasa la intensidad psíquica desde las ideas
y representaciones, a las que pertenece justificadamente, a otras que
no tienen derecho alguno a tal acentuación”
Por medio del
análisis se llega a dos problemas: los estímulos de los sueños y
su conexión con la vida diurna. Hay sueños en los que se ve
claramente su enlace con los sucesos del día anterior, pero otros
no.
Y cuando tienen
relación con el día anterior, es tan insignificante que se olvida.
Se llega a la
conclusión pues, de que “ el sueño no actúa nunca con nada que
no sea digno de ocupar también nuestro pensamiento despierto, y que
las pequeñeces que no llegan a atraer nuestro interés durante el
día son también impotentes para perseguirnos en nuestro sueño”
Referente a la
elaboración del sueño, en él, se incluye la condensación, el
desplazamiento y la disposición visual del material psíquico.
Además de todas estas, hay otra cuya función es la de ordenar los
componentes del sueño de manera que se reúnan aproximadamente para
formar una totalidad, una composición onírica.
Estas son las
únicas actividades que pueden descubrirse en la elaboración del
sueño.
Aquellos sueños
que se muestran comprensibles y presentan un claro sentido son
realizaciones de deseos. Los que se muestran oscuros y embrollados
también presentan un deseo que surge de las ideas latentes, pero la
representación es irreconocible, aclarándose por medio del
análisis.
Los sueños se
dividen en tres clases según su carácter de realización de los
deseos:
-Aquellos que
muestran francamente un deseo no reprimido
-Los que
exteriorizan disfrazadamente un deseo reprimido, es decir, los que
necesitan del análisis.
-Aquellos que,
si representan un deseo no reprimido, lo hacen sin disfraz alguno o
insuficiente.
Cuando se
produce un estimulo sensorial exterior, la persona que duerme puede
reaccionar de diferentes maneras, o se despierta o siegue durmiendo.
Ahora
dejemos a un lado los estudios sobre los sueños y pasemos a exponer
los distintos métodos de creatividad basados en el onirismo.
En
primer lugar tenemos el sleepwriting.
La técnica
denominada sleep writing, es una de las herramientas más sencillas e
interesantes para crear un concepto o encontrar la solución a un
problema empresarial.
Para utilizarla,
los profesionales deberán reunirse y hablar sobre el problema en
cuestión o la idea que se busca. Ejemplo:
nuestro negocio no consigue captar seguidores en las redes sociales.
Tras debatir
sobre el problema y sugerir algunas propuestas –crear un logo
identificativo, realizar algún evento virtual…-, volvemos a casa
con el problema en la cabeza. Después de cenar –se recomienda algo
ligero-, colocamos una libretita y un lápiz junto a la cabecera de
la cama y nos vamos a acostar.
Mientras estamos
acostados –antes de dormirnos-, repetimos varias veces lo que
queremos encontrar.
Por lo general,
cuando dormimos, solemos soñar. Los sueños y las pesadillas son el
reflejo de nuestras preocupaciones diarias en el subconsciente. Por
ello, si a lo largo del día y antes de quedarnos dormidos, pensamos
en la misma cosa –en este caso, el problema-, seguramente se
refleje en el sueño.
Cuando nos
despertemos, anotamos en la libreta todo lo que hemos soñado,
sentido y experimentado. Puesto que el cerebro trabaja mientras
dormimos, es muy probable que en el sueño encontremos la respuesta
al problema, o la herramienta para encontrarla.
En segundo
lugar, tenemos el método denominado RDE, por el que se intenta
acceder a los recursos ocultos de las personas llegando a la
originalidad que poseen. El pensamiento se libera de la lógica y de
la convergencia para
llegar a una percepción más auténtica de sí mismo y de la
realidad que le rodea.
Aquí es fundamental la figura del animador y la relajación
psicológica de los miembros. El método consiste en lo siguiente: el
animador propone una serie de imágenes que no tienen nada que ver
con el tema a tratar, con el fin de estimular la mente y motivar las
asociaciones mentales entre distintos conceptos que no tienen nada
que ver. Progresivamente el animador va introduciendo imágenes más
relacionadas con el tema o problema a resolver. El grupo integra las
imágenes más relacionadas y las primeras que estaban menos
relacionadas para desarrollar la fantasía. En este momento se deja
divagar a los distintos miembros del grupo para crear la fantasía.
Poco a poco, se hace volver a los miembros a la realidad, para que
transcriban la fantasía pensada a la realidad y al problema a
resolver. Una especie de traducción del material.
Por
otro lado tenemos el método de la identificación. Este método
permite profundizar en el problema, vivirlo, identificarse con algo
que intervenga directamente en él sin seguir una actitud lógica de
razonamiento, sino darle diferentes enfoques a una misma cuestión
para llegar así a nuevas ideas.
En
la práctica, el que se identifica, primero expresa con la ayuda del
grupo lo que siente al convertirse imaginariamente en una parte del
problema. De lo que se ha escrito como fruto de las identificaciones,
se elige aquella parte que puede dar lugar a nuevas ideas por su
vinculación con el problema. No es una elección lógica, sino que
también interviene la intuición de los participantes. Suele ser una
técnica bastante compleja y que requiere entrenamiento.
Por
último tenemos el método de la relajación
creativa o relax imaginario; técnica propuesta por D. de Prado y que
la define así: “es una técnica de relajación a través
del pensamiento en imágenes acerca de un fenómeno o procesos o tema
de enseñanza que se quiere recrear mediante la proyección e
identificación con el mismo en la pantalla de la mente. Se trabaja
sobre técnicas de relajación." (D. De Prado)
Comprende
las siguientes fases o acciones:
-
Fase de relajación empleando técnicas adecuadas.
-
Armonización de palabra-imagen, conectando el hemisferio derecho y el izquierdo.
-
Fase de ideación del problema a través de la fantasía, viviendo experiencias variadas.
-
Fase de identificación con los temas sociales, naturales o literarios para captarlos y, a partir de ahí, aceptarlos, rechazarlos o mejorarlos.
-
Por último, se regresa a la realidad para comentar cómo se ha desarrollado la práctica.
Fuentes:
Baños González, Miguel. Creatividad y Publicidad. Ediciones Laberinto, Madrid.
Sikora, J. (1977). Manual de métodos creativos. Ed. Kapelusz, Buenos Aires.
Super artykuł. Pozdrawiam serdecznie.
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